(Javier Salamanca)
Todos o casi todos los
que acuden a Ceret, vuelven encantados, mas si van desde España,
lugar donde la fiesta esta de capa caída, todos buscando al culpable
o culpables de la caótica situación, por mucho arte y cultura que
se diga, la caída es en picado.
Ir a esa localidad
Francesa de los Pirineos Orientales, es coger aire fresco, cargar las
pilas para un buen tiempo y olvidarse del vía-crucis de Madrid y
otras plazas Españolas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWy5La2xltRdRRScrGy5Dym8SedUOy_tV5Dre0zexMIvgZLxdjMM2yVMYFKu2oy85N8tdsNfi4joajrw1a-b3VzYSqDbzon3R2EZs8c8wPe51dK3zxJqwOWgzBkWbCymujvMXJYJBOhXuo/s320/UN+ESCOLAR+DE+BANDERA.1.jpg)
Bonita experiencia en
general, pero también he visto aplaudir pares de banderillas
horrorosos y puyazos traseros y caídos y faenas de destoreo que me
hacían recordar por momentos el lugar de donde venía.
Fotos: Josue y J.
Salamanca
Eso tambièn es bien visto: hay momentos donde me creo en Torremolinos playa. La taquilla es muy cara, y los turistas acuden màs numerosos que los aficionados. Los de l'ADAC, para mi opiniòn, deben reflexionar al fenòmeno que no escatima(?) su plaza
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